En el día Internacional contra la Violencia sobre la Mujer
– La violencia no solo se mide en golpes
– Mantener situaciones de vulnerabilidad, también es violencia
La violencia contra las mujeres es una lacra que incumbe a toda la sociedad. La precariedad, la desigualdad y sobrecarga laboral que viven miles de mujeres en el sector sociosanitario y de los cuidados, también son violencia.
UGT Serveis Públics denuncia que la violencia contra las mujeres no solo se expresa en sus formas más visibles, sino también en las estructuras económicas y políticas que permiten y perpetúan esta desigualdad y este maltrato.
La violencia económica e institucional se manifiesta en salarios insuficientes, contratos inestables, jornadas extendidas y derechos mermados. Estas condiciones afectan especialmente a las trabajadoras de residencias y centros de día, ayuda a domicilio y atención a la discapacidad y a la dependencia, y mujeres trabajadoras en servicios sociales en general, un sector altamente feminizado donde la mayoría de profesionales siguen sin recibir el reconocimiento laboral, social y económico que merece su labor. Irónicamente, MUCHAS DE ESTAS MUJERES CUIDAN A MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA, lo que es más incongruente si cabe. Y lo hacen en unas condiciones que ponen en riesgo su salud física y mental: falta de personal crónica, cargas de trabajo excesivas, escasez de recursos, ausencia de medidas de prevención adecuadas y ratios insuficientes que impiden un cuidado seguro y de calidad.
Para UGT, esta realidad constituye una forma de violencia estructural, invisibilizada y reforzada por decisiones políticas que han permitido la externalización, la infradotación presupuestaria y la desregulación del sector. “No podemos hablar de igualdad real mientras miles de mujeres que sostienen los cuidados viven en la precariedad”, señala la organización.
Desde UGT se exige a las administraciones públicas y a las empresas del sector una respuesta inmediata y contundente:
- Mejora salarial y equiparación real con otros ámbitos profesionales de similar responsabilidad.
- Refuerzo de plantillas y aumento de las ratios para garantizar cuidados dignos y condiciones laborales seguras.
- Revisión de los pliegos de contratación pública, que siguen incentivando la precariedad a través de ofertas a la baja.
- Inversiones suficientes para dignificar el trabajo de cuidados, reconociendo su valor social esencial.
- Implementación de protocolos efectivos contra el acoso, la discriminación y la violencia en el entorno laboral.
UGT recuerda que cuidar no puede ser sinónimo de explotación, y que “las mujeres que sostienen los cuidados merecen la misma dignidad, seguridad y derechos que cualquier otro colectivo profesional”. La organización subraya que sin condiciones laborales dignas no es posible garantizar cuidados dignos y que la responsabilidad recae en las instituciones que permiten el mantenimiento de este modelo.
La violencia que sufren estas trabajadoras no es inevitable. Es el resultado de decisiones. Y por eso UGT insiste: es hora de que las administraciones actúen, de que se combata la desigualdad desde sus raíces y de que se coloque a las mujeres trabajadoras de los cuidados en el centro de las políticas públicas.
UGT reafirma su compromiso en la defensa de sus derechos y anuncia que seguirá denunciando e impulsando movilizaciones, propuestas y negociaciones para poner fin a la violencia económica e institucional que afecta a miles de mujeres en todo el país.
No cuidar a las mujeres que cuidan también es violencia.