Artículo de opinión de la secretaria de salud de UGT Serveis Públics PV, Eva Plana, publicado en Levante-EMV, hoy, 8 de agosto
La sanidad pública valenciana sufre una situación muy preocupante por el gran desequilibrio existente entre los recursos humanos disponibles y la demanda. El balance es claramente negativo: faltan profesionales para poder atender de forma adecuada a la ciudadanía y, también, para que su número se adapte a las ratios necesarias para conseguir una calidad óptima en la atención sanitaria.
Por ello, es fundamental un plan de ordenación adecuado que contenga todos los pilares del sistema y garantice el bienestar de la sociedad. Me refiero a un plan con todos los elementos que afectan a la planificación de los recursos humanos y que permita dimensionar las necesidades del sistema sanitario para alcanzar la calidad, eficiencia y eficacia óptima que necesita la ciudadanía en su demanda asistencial.
Hasta el momento todos los planes diseñados no han conseguido ese balance positivo. Y la situación es preocupante y tiene consecuencias, algunas de ellas, son patentes en el día a día de un centro sanitario; otras, se verán, lamentablemente, a largo plazo porque este déficit de recursos socava el sistema sanitario.
Así, cada día vemos que las listas de espera aumentan por la falta de estos recursos y esta gestión inadecuada de los recursos humanos conlleva unas peores condiciones de trabajo para el personal. La Comunitat Valenciana resulta cada vez menos atractiva para atraer y retener profesionales. E, insisto, el resultado es un debilitamiento del sistema sanitario.
Nos encontramos ante un cambio generacional. Los profesionales que entraron en el sistema con los llamados años “Baby Boom” empiezan a jubilarse y con el descenso de la natalidad (que ha ido a más en nuestro país en los últimos 10 años y se sitúa ya en alrededor del 24%) entramos en una etapa complicada, diría que crítica.
Según las cifras publicadas, existen profesionales suficientes, sin embargo, la precariedad del sector impide retenerlos en nuestro sistema sanitario. Muchos y muchas prefieren mejores condiciones de trabajo que la sanidad pública no está ofreciendo. Para UGT Serveis Públics es urgente impulsar un plan atractivo para evitar esta fuga al sector privado.
La situación podría mejorar con una planificación de la demanda de profesionales para los próximos años, de manera que se cree un mapa asistencial de necesidades por comunidades autónomas. Se está aumentando el número de plazas de personal en formación, pero la cifra debería ser mayor para conseguir atenuar el déficit real.
Además, las comunidades autónomas deberían crear políticas atractivas, con la mejora de las condiciones laborales y retributivas del personal. Taponar el sagrado es esencial para la supervivencia del sistema.
En los últimos tiempos, en la Comunitat Valenciana se están aplicando medidas de recortes en las condiciones laborales y retributivas del personal que provoca esta fuga de personal a otras comunidades o países. Por ello, insisto, es importante crear medidas de incentivación para conseguir fidelizar el talento que formamos. Nuestros salarios deberían aumentar para poder competir con otros sistemas sanitarios. Hemos perdido mucho nivel adquisitivo y aunque las subidas reflejadas en el Acuerdo marco para una administración del siglo XXI firmado por UGT ha logrado paliar la pérdida del poder adquisitivo, aún falta camino para que los profesionales consigan un salario justo. Falta, por ejemplo, la recuperación de la totalidad de las pagas extraordinarias.
Somos conscientes de que este ambicioso plan necesita recursos y que es esencial una financiación justa para la Comunitat Valenciana que pueda sostener ese aumento de plazas y las ratios de calidad. Hemos estado, estamos y seguiremos estando en esta reivindicación.
Nos preocupa, además, las zonas limítrofes que, por su situación geográfica tienen dificultad de conseguir profesionales para cubrir la demanda asistencial. Todas estas zonas deberían ser consideradas como de difícil cobertura con medidas de incentivación potentes y con una proyección de estabilidad a futuro. No podemos tolerar situaciones como, por ejemplo, ocurren en algunos hospitales, donde la falta de personal de algunas especialidades está poniendo a prueba el principal objetivo de la sanidad: salvar vidas. No olvidemos que hablamos de salud y que este déficit estructural del sistema sanitario es una grave devaluación de la salud de la población.
El sistema sanitario es el pilar del bienestar de la población, sin salud no hay vida.
Por eso, no hay gasto en sanidad, hay inversiones y no hay otro camino que valorar convenientemente a quienes cuidan de la ciudadanía.