La responsable de Sociosanitario de UGT Serveis Publics, Pilar Visiedo, analiza el problema de fondo de las residencias de mayores y denuncia la precariedad de las trabajadoras y la falta de implicación del gobierno valenciano en la atención a la dependencia
UGT denuncia que la situación de falta de personal en las residencia de mayores es cada vez más acuciante y que, lejos de deberse a cuestiones estacionales (el periodo estival) es estructural. Las modificaciones sustanciales de las ratios realizadas por el Gobierno actual no solo han bloqueado el incremento de personal que se había aprobado con el pacto del Botànic, sino que han reducido ciertas presencias de algunas profesionales de cuidados y atención social. Esto no es por la llegada del verano. Es intencional y planificado.
La “fuga” de profesionales a la sanidad pública tiene, evidentemente, un impacto negativo en el sector, sobre todo en verano, pero tiene su raíz en la necesidad de mejorar las condiciones laborales, no solo retributivas
La patronal “reconoce que a veces cuadrar turnos es complicado, no solo porque el personal de estas residencias también debe disfrutar de sus vacaciones, sino porque muchos de ellos deciden trabajar durante esos meses en la sanidad pública, que hace contrataciones también para cubrir vacaciones”. Según sus declaraciones, “aunque con estas dificultades, las plantillas quedan cubiertas en verano” Por su parte, la Dirección de Dependencia y Personas Mayores defiende la tendencia de “disminuir el personal de enfermería a cambio de aumentar la cantidad de TCAEs o gerocultoras” porque “va en la línea de mejorar el tipo de cuidados que más necesitan los residentes y por ser una tendencia generalizada, un nuevo modelo para que las residencias se parezcan más a hogares que a hospitales”.
El problema no es el verano
El modelo que propone el actual Gobierno valenciano va encaminado a impulsar los servicios privados frente a lo público. Y en este modelo, las residencias de mayores son simples guarderías donde “tiene que caber” este sector poblacional. De ahí que considere que disminuir enfermería para aumentar otros profesionales sea una mejora asistencial. La responsable de Sociosanitario de UGT Serveis Públics, Pilar Visiedo, denuncia que «a lo único que nos conduce esta decisión es al intrusismo profesional, a la indefensión en el ejercicio de funciones que no les competen, y a la percepción de que, ahora sí, con este parche, ya hay suficiente personal para atender adecuadamente a las personas residentes, incluso se puede justificar prescindir de algunos otros puestos de trabajo».

A poco que se rasquen los datos, encontramos que unas ratios teóricas trasladadas a la práctica, se convierten en algo completamente distinto: suponen que cada TCAE, cada gerocultor/a debe levantar, asear, vestir, trasladar y atender un promedio de 12 residentes, con sus particularidades de autonomía, que oscila desde la ayuda a la dependencia íntegra. Este verano, las cifras han aumentado en algunos centros hasta superar la veintena de personas a cargo de una gerocultora.
¿A qué hora desayuna el último residente que termine su aseo? ¿A qué hora toma la medicación de la mañana? ¿cuánto tiempo pasa entre el desayuno y la comida? ¿Y entre una toma de medicación y otra? ¿Cuándo comienzan a acostarse, para que dé tiempo?
UGT invita a la reflexión: ¿a qué hora desayuna el último residente que termine su aseo? ¿A qué hora toma la medicación de la mañana? ¿cuánto tiempo pasa entre el desayuno y la comida? ¿Y entre una toma de medicación y otra? ¿cuándo comienzan a acostarse, para que dé tiempo?
«Si la redistribución de las ratios de personal, que no incrementos, suponen también la disminución de otros profesionales, como limpieza, lavandería o personal técnico, esto repercutirá directamente en la calidad asistencial. En algunas residencias ya cuentan con una sola persona para limpieza del edificio en turnos de tarde. Y lavandería es igual de importante e igualmente invisibilizada. Y seguimos con fisios, TASOC, psicólogas…con unos mínimos de presencia que rayan lo absurdo. ¿Acaso alguien considera viable que estas profesionales puedan atender debidamente a todos los residentes y familiares, con 5 o 10 horas a la semana?», reflexiona Visiedo.
La patronal y la Conselleria aluden a un “modelo más humano y menos hospitalario”, pero no tiene nada de humano ir contra reloj para llegar a cumplir las tareas tarde y mal. Las profesionales de este sector trabajan en un ambiente laboral estresante, presionador, deshumanizante, donde intentan que las personas no se conviertan en números. Trabajan con y para personas, y lo que reivindican es tiempo para tratarlas como personas.
Condiciones laborales muy precarias
UGT subraya que jornadas con falta de personal, negación de días de libre disposición, dificultad para conciliar entre otros, son problemas recurrentes, no son debido al verano.

La “fuga” de profesionales a la sanidad pública tiene, evidentemente, un impacto negativo en el sector, sobre todo en verano, pero tiene su raíz en la necesidad de mejorar las condiciones laborales, no solo retributivas. «Entender esto nos acerca a la clave del problema. Aumentar un poco ciertas ratios, que ya deberían estar muy por encima como ha reclamado UGT, a costa de disminuir la presencia de otros profesionales, no es la solución. Con el Pacto del Botánic se abrió una hoja de ruta dirigida a la mejora profesional y atencional global, integradora y humana. Lo demás es demorar la solución», añade la responsable sindical.