Nuevamente, hoy 4 de mayo conmemoramos el día internacional de la Bombera y el Bombero Forestal, marcado por una pandemia mundial de la Covid-19 que parece darnos una pequeña tregua y de la que ya estamos en el camino para su salida.
Este último año ha sido bastante complicado para toda la ciudadanía, y no menos para los casi 25.000 profesionales que componen el colectivo. De hecho, las y los Bomberos Forestales han seguido trabajando duramente contra el virus realizando desinfecciones o apoyo logísticos por la pandemia, y también enfrentándose a los 7745 siniestros que quemaron 65.923 ha. en 2020, y a los 1415 siniestros que arrojan 13.399 ha. de superficie quemada en este año, solo contabilizados datos a 31 de marzo. Pero los SPEIF no solo participan en Incendios forestales, sino también en apoyo a las contingencias en el medio natural y rural, colaborando con el resto de recursos en búsquedas y rescates de personas desaparecidas, inundaciones o episodios invernales. Ejemplo fue la Borrasca Filomena, donde se movilizó al grueso del colectivo, aunque por desgracia, sin medios materiales adecuados, en condiciones precarias y no siempre con el mismo resultado en las diferentes Comunidades.
Así, desde UGT Servicios Públicos tuvimos que volver a denunciar en cada territorio tales vulneraciones de derechos, y tener que instar al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que el tan esperado ANTEPROYECTO DE LEY DE ESTATUTO BASICO DEL PERSONAL ADSCRITO A LOS SERVICIOS DE PREVENCIÓN Y EXTINCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES, debe ser una realidad. Sin esta norma, la falta de homogeneización de los SPEIF, que están vinculados a las distintas CC.AA., mantiene al colectivo inmerso en diferencias y agravios comparativos en cuanto a derechos laborales, sociales y económicos que sufren las y los profesionales.
Por ello, UGT Servicios Públicos junto a CC.OO. y CSIF, hemos trabajado para presentar aportaciones al borrador emitido por el MITERD, en el que hemos dejado constancia de la importancia que tiene la construcción de un texto que acabe con la problemática del colectivo, que debido a la falta de regulación estatal, en caso de emergencia dificulta una respuesta coordinada estatal, tal como refleja la constitución en su articulado 149. 1., 23ª y 29ª que marcan las competencias del Estado en las materias que atañen a esta actividad y que, también desarrolla la Ley de Montes 43/2003, la Directriz Básica sobre Incendios Forestales de 2013 y la Ley de Protección Civil de 2015. Por tanto, los pilares básicos de regulación estatal deben ser:
- La apuesta por un Servicio Público y de calidad, abandonando la senda de Comunidades Autónomas que apuestan por modelos de privatización.
- Una Categorización según marca el CNO-11 como Bomberos Forestales, bajo el epígrafe 5932.
- Desarrollo de la funciones identitarias en todo el territorio, como son el “Planificar, coordinar, y/o realizar labores de prevención, detección, vigilancia, restauración y extinción de incendios forestales, así como informar a la población sobre los mismos y apoyar en las contingencias en el medio natural y rural”.
- La implementación de planes de formación a través de las cualificaciones y certificaciones marcadas en los R.D. de 2011 y 2013, y planes de acreditación que valoren los años de experiencia del personal.
- Que los profesionales Bomberos Forestales estén vinculados a la actividad que desarrollan, que no es otra que la correspondiente al CNAE 8425 de Protección Civil.
- Regulación en materia de Seguridad y Salud, mediante un catálogo de los riesgos añadidos a la actividad que se realiza, como son la toxicidad, peligrosidad, penosidad… y las enfermedades profesionales que derivan el trabajo.
- Establecimiento de una adaptación de puestos de trabajo, los Coeficientes Reductores y Edad de Jubilación Anticipada, que garanticen un final de vida laboral digno de nuestros “mayores”.
Además, los tres sindicatos consideramos que a través de esta norma, no solo acabaríamos de una vez por todas con problemas que sufre el colectivo, sino que se estaría dando una cobertura en las posibles emergencias que acontezcan en las zonas rurales de la llamada “España vaciada”, tan vulnerable y desprovista de servicios básicos a la protección de la ciudadanía, o carente de una respuesta eficaz y adecuada en materia de protección civil.
Por todo ello, desde UGT Servicios Públicos deseamos que este día de la Bombera y el Bombero Forestal, no solo sea una fecha de conmemoración, sino que lo tomemos como una jornada continua donde la reivindicación constante por la defensa de nuestros derechos acabe en la mejora de un colectivo que cada año se demuestra más necesario para la ciudadanía y la actual problemática ambiental.